
Desde tiempos , desde cuando se enterraba a los muertos en tierra o en sepulcros, cuando se descubrió "la muerte que no es" es decir la Catalepsia, e incluso de antes por el temor ancestral a ser enterrados vivos. Los sepultureros hacían guardia ante la tumba toda la noche o depositaban unas campanillas al alcance del difunto, por si este hubiese sido enterrado en estado cataleptico o sencillamente vivo, así el supuesto finado podía tocarlas.
De ahí viene el popular "SALVADO POR LA CAMPANA" O SAVED BY THE BELL.
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