Fluye por mis venas
la sed de la venganza
Me robaste el tiempo
para arrojarlo, a la sima terrenal,
hundiendo mis sueños en el fango
cubiertos de lodo, convertidos en seco barro.
Erosionaste con vileza mis tímidos abrazos,
convirtiendo mi vida en un fracaso.
¡Oh dulce venganza
a la cena convidada!.
Esta noche el verdugo
exhalara su último grito.
Mientras calmo mi sed
con el vino del triunfo.