Cuantas miradas se pierden en la oscuridad,
frenadas por el deseo de más, perdiendo el tiempo.
Que extraños designios nos pone la vida al alcance de la mano.
Cuantas torpezas cometidas en la encrucijada de la vida.
Cuantos delirios bebidos en amargos sorbos,
reposando en el fondo de una copa medio vacía.
Después regresar cabizbaja, mareada por los efluvios,
para reposar y perderte en los ensueños nocturnos.
Despertando con la resaca de vivir de nuevo el día...
que agoniza por segundos.
Los desmanes de la memoria que se alojan en desvanes, para desvanecerse en el silencio...si bien es cierto que todo lo que se guarda, oculto queda a las miradas ajenas, más mi deseo no es este, sino permanecer presente en el espacio y en el tiempo..