La hiedra del silencio
Los ojos.
El alma,
se asoma con sus velos de la muerte.
Y los mueve la brisa,
que es la vida al otro lado del espejo.
Me llamas al encuentro.
Amargo es el amor en las ausencias
Ahora que este desierto me crece por las manos,
dónde tus ojos dónde, tu boca dónde,
si trepan los silencios...
Y dónde tu rincón
de sombra, amor,
para buscar el mar,
por donde el agua estará sonando
y mueve las arenas y muere en las arenas.
Allá mi mano llega, amor,
y el mundo se me escapa.
y queda sólo salobre huella, tacto frío.
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