He leido el octavo libro del año en la cama,(el ocho es mi numero favorito) en apenas cuatro días. Creo que sabía que me iba a gustar casi antes de abrirlo, pero además resultó ameno, cercano. Me gustan mucho los libros de entrevistas. Me gustan los libros sobre cine. Generalmente, el entrevistador no era demasiado importante, tanto si se trababa de Woody Allen o Tim Burton, lo importante era el entrevistado. En éste caso es evidente que el entrevistado era una pieza clave del libro, pero también lo era el entrevistador: Lawrence Grobel.
Lo era por dos motivos. Por un lado Grobel es un gran periodista y conoce como nadie el arte (Sí, es un arte) de la entrevista. Por otro, el libro es una recopilación de entrevistas que Grobel ha realizado a lo largo de los años a Al Pacino y mientras el libro se desarolla asistimos también al desarrollo de su amistad. Desde el primer encuentro, que casi parece un combate de boxeo a la zona intermedia donde la relación de amistad se hace casi exhibicionista, como un juego del propio entrevistador, para llegar al final, donde Grobel y Pacino están ya curados de vanidad y se limitan a contarse las verdades a la cara. Me ha llamado mucho la atención como Grobel intenta, sin éxito, sacarle a Pacino algo sobre la relación con su padre y como eso afecta a su manera de interpretar y no entra a fondo en el problema del actor con la bebida, que plantea durante toda la primera parte del libro como un "ritornello" constante.
Pacino no solo es uno de los mejores actores de su generación (quizás el mejor junto a Robert De Niro, Harvey Keitel y Jack Nicholson) Además es un hombre fascinante, apasionado del teatro (Donde ha pasado más tiempo y tiene más éxitos que en el mundo del cine) Y especialmente de Shakespeare. El libro también repasa la faceta de Pacino como director de películas inclasificables y eso me sirve para recomendar que veais "Looking For Richard", que es una maravilla.
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