el verde musgo, la hiedra ensangrentada
Te has convertido en pedernal
tu corazón duro deja de latir ya
fulminado...
Fulminante caes al suelo.
Nadie te dirá:
¡Lazaro levantate!
andaras postrado en un lecho de dolor
ausente la memoria de tu mente.
¡Canalla!
Tu me jodiste la vida...
Yo te joderé en la muerte.
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