AL FONDO DE LA BARRA DE UN BAR...

Te vi cruzar como un espectro luminoso,
tus magnetizados ojos me retorcieron el cuello.
Lucia tu caminar funámbula seguridad,
por el eje del asfalto...
Tú porte sugería soberbia y desafiante desdeño,
flotando tu andar entre las sombras al filo de la madrugada.
Atemorizada por tú temeridad.
No vi tu aura, la sentí, reflejo de tu piel...
Todo en ti altivo y extrovertido como tus cejas...
Ojos de niño divertidos...
En ocasiones tan fríos...
Como profundo su misterio yaciendo al fondo.
...Tus ojos...
Espeso, suave y largo el cabello...
Y la boca como de amargos labios anestesiados por la coca...
Curvandose hacia afuera,
ofreciendo su carne, surcada, hinchada, húmeda.
Renuncio a describir tu cuerpo...
tu espalda, tus hombros...
Tan solo recuerdo los elásticos movimientos de tus piernas,
solidas...fuertes...duras.
Una fuerza absorvente me arrastraba tras de ti...
Era demasiado placer...
Conforme este crecía, también lo hacia mi atrevimiento...
así como mi temor...
¡¡¡ No se puede exigir tanto de mi auto control !!!
Inaprensible como un sueño...
ese era parte de tu encanto.
Intocable como fuego que eres.
¿Como poder tener PODER... sobre el poder ?.
Posees la fuerza primitiva del león.
La belleza y el implacable dominio del águila...
La mordedura letal del escorpión...
y el veneno de la cobra.
Para ti fue una madrugada más.
Para mí...esa madrugada...la de mayor represión.
Consumiendome el deseo de más...
y reprimiendo el atrevimiento.
Lástima no hubiera perdido la razón.
Y respetar tu indiferencia.
Ahora eres un buen recuerdo almacenado,
en el polvoriento desván de mi memoria.