James Augustine Aloysius Joyce (en irlandés, Séamus Seoighe; 2 de febrero de 1882 – 13 de enero de 1941) fue un escritor irlandés, reconocido mundialmente como uno de los más importantes e influyentes del siglo XX. Joyce es aclamado por su obra maestra Ulises (1922), y por su controvertida obra posterior Finnegans Wake (1939), así como por una serie de historias breves publicadas bajo el título Dublineses (1914) y su semi-autobiográfica novela Retrato del artista adolescente (1916).
LOS MUERTOS
"DUBLINESES"
Lágrimas generosas colmaron los ojos de Gabriel. Jamás había sentido algo parecido hacia mujer alguna, pero sabía que tal sentimiento había de ser amor. Las lágrimas se hicieron más espesas en sus ojos, y en la penumbra imaginó que veía la imagen de un joven bajo un arbol goteante. Había otras formas cercanas. Su alma había alcanzado esa región en la que moran las vastas huestes de los muertos. Era consciente de ello pero incapaz de aprehender sus aviesas y vacilantes existencias. Su propia identidad se disolvía en un mundo gris intangible: el mismísimo sólido mundo en que esos muertos se habían erguido y donde habían vivido, se borraba y consumía. JAMES JOYCE
La noche pasada mientras leía en la cama Dublineses, tuve la idea de colgar un pasaje que siempre me emociona especialmente por lo menos un fragmento. No será esta humilde lectora quien se atreva a homenajear a un grande entre los grandes James Joyce. Siento que estoy en uno de esos momentos críticos y me hacia anoche esta pregunta:
¿Pensaba en Nora Barnacle Joyce? Yo creo que sí, él siempre en continua lucha con sus sentimientos, como ahora yo me siento reflejada, ante la imposibilidad de despertar a mis letras, utilizo las suyas para regar la sequía de mi alma.
Lágrimas generosas colmaron los ojos de Gabriel. Jamás había sentido algo parecido hacia mujer alguna, pero sabía que tal sentimiento había de ser amor. Las lágrimas se hicieron más espesas en sus ojos, y en la penumbra imaginó que veía la imagen de un joven bajo un arbol goteante. Había otras formas cercanas. Su alma había alcanzado esa región en la que moran las vastas huestes de los muertos. Era consciente de ello pero incapaz de aprehender sus aviesas y vacilantes existencias. Su propia identidad se disolvía en un mundo gris intangible: el mismísimo sólido mundo en que esos muertos se habían erguido y donde habían vivido, se borraba y consumía. JAMES JOYCE
La noche pasada mientras leía en la cama Dublineses, tuve la idea de colgar un pasaje que siempre me emociona especialmente por lo menos un fragmento. No será esta humilde lectora quien se atreva a homenajear a un grande entre los grandes James Joyce. Siento que estoy en uno de esos momentos críticos y me hacia anoche esta pregunta:
¿Pensaba en Nora Barnacle Joyce? Yo creo que sí, él siempre en continua lucha con sus sentimientos, como ahora yo me siento reflejada, ante la imposibilidad de despertar a mis letras, utilizo las suyas para regar la sequía de mi alma.
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