EL OSCURO Y POLVORIENTO DESVÁN DE MI MEMORIA.
La vida secreta de las palabras, donde despiertan las letras dormidas, imagenes robadas, sueños lejanos...un verso, una rima, un poema inacabado, la poesía del desconcierto en movimiento, la prosa adaptada al sentimiento de necesitar expresar lo que siento en cada momento .

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" Sin la música la vida sería un error " Nietzsche

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El rapto de las Sabinas III


Eso hace que pueda caminar a paso lento con la cabeza bien alta, eso hace que me pueda ganar el favor del cielo y que la Providencia guíe mis suelas hacía algo mejor.
Si algún día pierdo su guía, podré estar contento de haberla tenido tantas veces a mi lado, de haberme acompañado.
La leña sigue ardiendo con virulencia. El cuadro sigue colgado magistralmente y yo sigo solo, acompañado por la meditación ancestral y por mi vaso de vino. Me siento ahora como la vieja de la parte central del cuadro que no sabe que hacer, que busca su lugar en la batalla. No sabe cúal debe ser su posición, pero no espera para comprobar que le depara el destino. Su impulso es de hacer algo, no sabe que, pero sabe que no puede estar parada. No morira aplastada por el caballo blanco, creo que ese no es su lugar. Yo tampoco sé cual es mi lugar ahora, solo sé que aquí estoy, vivo, y que para algo debo estar. Mi misión en la vida es todavía aguardar las noticias del destino y proclamarlas como la gran sabiduría que gobierna el universo. Mi misión no es morir todavía, mi misión es despertar mañana y ver lo que trae el día consigo.
Hoy en día no damos nunca gracias por saber que ha amanecido y que se nos ha regalado otra oportunidad de ser felices con lo que tengamos. Ahora queremos dinero, nos desesperamos por ser amados y sentir un loco y desbocado amor en nuestras venas, queremos poder, acabar con nuestros miedos y aplastar a nuestros enemigos. No, nunca nos conformamos con ser felices con lo que se nos ha regalado, con lo que el día nos ofrece. Las cosas más simples deben darnos la felicidad: comer una jugosa manzana mientras se escucha armónica música es algo simple, pero hoy en día es algo insignificante. Comer pan recién hecho no es ya un placer, el placer lo da lo que le pongamos dentro. El olor a cafe ya no es un aroma divino, ahora es algo que se bebe rápidamente porque no tenemos tiempo para disfrutar su sabor, sólo queremos su cafeína para que nos despierte y nos dé energías para soportar el trabajo rutinario. No hay tiempo para disfrutar de la vida. Actos malos nos ocurren y pedimos al cielo con fervor que nos arrebate la vida.
Y así seguimos, valorando más los sinsabores de la vida que la dulzura de los momentos de sosiego, permitiendo que lloremos por lo malo que nos sucede pero nunca sonriendo cuando depositamos un manjar sobre nuestros labios. Eso es lo bueno de la vida, eso es lo que debería otorgarnos felicidad desmesurada.
¿Divago? No, siento. Cuando mis nietos antes venian para que les diera la paga semanal, siempre les daba más de lo que pedían para que sonrieran. Sus sonrisas eran lo más bello que el cielo me podia regalar. No me preocupa no poder comprarme un transistor nuevo, solo queria hacerles felices y que sonrieran. ¡ Vale tanto una sonrisa ! Es el mejor don que se nos ha dado, el más valioso, el que parece más simple de todos, pero el más significativo.
Noche, no permitas que me duerma ahora, déjame seguir viendo el fuego y el cuadro, permiteme un rato más saboreando este vino y coloreando mi mente con los recuerdos de una existencia válida. Gracias.
La noche. Puede ser la más tierna amiga de los mortales y , a la vez, la más pérfida de las enemigas. ¿ Cuando ocurrió?¿ Cuando se paró el minutero? Aquella noche en la que ella falleció.
Mi eterna compañera, mi confidente, la que me abrazaba cuando me sentía desgraciado, la que reía conmigo cuando la suerte era la dueña del momento.
Recuerdo aquella noche calurosa, en la que el cielo se cubrió de estrellas para acoger a mi reina. La enfermedad la fue destruyendo poco a poco, se apoderó de ella y no pudo soltarse hasta que aquella noche suspiró por última vez. Muchas noches le he preguntado en silencio que habia una vez que cruzamos el umbral, que se sentía, por qué se espera allí. No recibo respuesta alguna, pero la presiento
.

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